Inicios y Finales
Lo que hice bien.
Me cuesta trabajo identificar lo que hice bien, supongo que
es algo común; cerré ciclos, inicié un nuevo, difícil y emocionante viaje en la
búsqueda de una nueva forma de pensar, de percibir el mundo y a las personas,
más abierto, flexible y evitando a toda
costa poner en práctica mi habilidad para predecir el futuro. ¡Ha sido una de las
cosas más difíciles que he hecho! Hacer conscientemente a un lado mi
fundamentalismo mental, frenar mis pensamientos provisorios y dejar de colgarme
como propios los miedos y vergüenzas de otros ¡ha sido toda una aventura! Y
como dije antes, estoy en el inicio, dando pequeños pasos, perdiendo el piso de
vez en cuando y reequilibrándome nuevamente. Culminé un gran reto académico que
me tomó varios años, pero que ahora me hace sentir orgullosa, el realizar un
trabajo de investigación en pleno desgarramiento emocional, lidiar con las
tristezas y los temores sin control y escribir una tesis no fueron gratas
experiencias, pero estoy segura de que formaron a quien ahora escribe.
Lo que hice mal.
Es más complicado de describir, aunque más fácil de
identificar. En algunas ocasiones me tomé de la mano del miedo, lo hice mi
compañero y no es ningún buen aliado. Siembra la duda, oprime el pecho, nubla
la vista y te hace sentir borroso. Agradezco el aprendizaje, y parte del mismo
se resume en intentar a toda cosa no caminar de su mano ni a su lado. Como comúnmente
se dice: “me puse el pie yo sola” es tal vez parte de mi mecanismo mental
fundamentalista el obstaculizar el fluir de ciertas situaciones que no van de
acuerdo con mi cuadrada perspectiva de la vida y de su construcción, a pesar de
tener la certeza de que son experiencias positivas, me puse el pie y no dejé
que fluyeran como deberían haberlo hecho.
Lo que hice.
En síntesis, tomar al toro por los cuernos, es decir, tomar
la vida por los cuernos. Enfrentar mis miedos, descubrir lo fuerte que puedo ser,
bajar las armaduras, mimar mi corazón, dejarme querer, reconocer mi
vulnerabilidad, aceptar retos profesionales, sentir que lo puedo hacer bien,
viajar con mente y corazón abiertos, leer cosas nuevas, romper con viejos
vicios, iniciar nuevos ciclos, aprender, escuchar, dejarme abrazar, mostrar mis
lágrimas, domar al hámster, reconocer que no lo sé todo, caminar por la vida
sin mostrar todas mis credenciales, tomar distancia, acercarme, valorar,
bailar, cantar como si no hubiera mañana, no querer ser perfecta, equivocar,
corregir, reír, tener la certeza de que no la tengo.
Aprovecho este inicio de año para enviarles mis mejores
vibras, no creo en los deseos, creo en las acciones, así que actuemos para ser
felices, para vibrar y disfrutar al máximo, tengamos pensamientos constructivos
y seamos quienes queremos ser.
Agradezco tanto cariño, tantos abrazos, tantas manos
tendidas, tantas lecciones y críticas que me ayudaron a crecer, especialmente a
esa persona que comprobó la frase que dice: “un día alguien te va a abrazar tan
fuerte, que todas tus partes rotas se juntarán de nuevo” (autor desconocido).
¡Venga 2014!
Karina, tus pensamientos llegaron puntuales a mis ojos. Los finales siempre se me hacen tristes, y son tan tristes que empañan el brillo de los comienzos. Este año para mi ha sido una montaña rusa, creí subir y caí mas bajo que cuando inicié. Te agradezco que compartas algo tan personal en tu blog porque me llena de inspiración y de la sensación que sientes cuando recibes un abrazo. Feliz año nuevo amiga a brindar por otro comienzo!
ResponderEliminarKarina, tus pensamientos llegaron puntuales a mis ojos. Los finales siempre se me hacen tristes, y son tan tristes que empañan el brillo de los comienzos. Este año para mi ha sido una montaña rusa, creí subir y caí mas bajo que cuando inicié. Te agradezco que compartas algo tan personal en tu blog porque me llena de inspiración y de la sensación que sientes cuando recibes un abrazo. Feliz año nuevo amiga a brindar por otro comienzo!
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