Gotas frescas

Un suave viento tocaba lentamente mis mejillas, percibía la humedad y la caricia casi humana de la naturaleza a través de ese sencillo  y fresco soplo. Me detuve por un instante, simplemente me negué a racionalizarlo, dejé fluir las variadas sensaciones.
Una pequeña y fina gota de fría lluvia intensificó el momento, repentina, me mostró su frescura y ligereza. Llegaron más, una tras otra, y yo, yo simplemente decidí dejar que mojaran mi rostro, no huí, no busqué refugio, no hice nada. La nada es también una decisión, dejar que pase, a veces, permite que pase, y es así, que estas gotas frescas sobre mi rostro, dejan nuevas sensaciones.

Hoy decido no decidir. Hoy decido dejar que pase.

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