Agradeciendo a las mujeres

Agradezco enormemente a las mujeres fuertes y resistentes por las cuales hoy - y la mayoría de los días-  puedo vestir un cómodo pantalón de mezclilla; a las que me dieron la libertad de decidir sobre mi reproducción y abrieron el camino para que hoy tomemos una píldora o compremos un condón;

a las que lucharon y abrieron el sendero del conocimiento para todas nosotras, a ellas agradezco el haber ocupado un lugar en un aula universitaria; a las que nunca dudaron de la igualdad civil que tenemos hombres y mujeres y lograron que todas podamos votar y elegir a nuestros gobernantes -aunque en México no sirva de mucho-; a las que se rebelaron ante la negación y hoy nos ofrecen la oportunidad, a todas, de entrar a ciertas cantinas; a todas las que emprendieron el camino de la lucha social, de la defensa de los derechos humanos, de la equidad, de la lucha contra la violencia, y a favor de los derechos reproductivos; a todas las que me han enseñado a ser mujer desde hace cientos de años; a mi madre que me mostró la fortaleza que tenemos las mujeres, que ejemplificó que nada es imposible aunque no sea fácil y que nos demostró como se saca adelante a una familia; a mi hermana que diariamente me da una cátedra de cómo defender tus posturas, tus creencias, incluso cuando éstas sean muy difíciles de defender; por supuesto a mis abuelas que a pesar de las grandes diferencias generacionales con las que tuvimos que lidiar, demostraron ser siempre mis primeras y mejores amigas, abiertas y tolerantes, simpáticas y tiernas; a mis verdaderas amigas que han sostenido mi mano, con quienes he llorado -de la risa- y me ayudan a crecer como ser humano; a mis primas -amigas consanguíneas- que me enseñaron a compartir, a respetar y a jugar. 
No olvidemos que, no hace todavía ni un siglo, las mujeres no tenían el derecho de acudir a la universidad, de tomarse una cerveza, de salir con sus amigas a divertirse, de controlar el número de hijos que querían tener, de votar, de ¡usar un pantalón de mezclilla!, para las generaciones más jóvenes esto debe parecer imposible y más difícil de creer es que en la actualidad todavía hay lugares en el mundo donde las mujeres siguen siendo sometidas y se les siguen negando sus derechos. Esta es la razón por la que existe un día para celebrar a las mujeres - y no uno para los hombres como algunos y algunas han estado cuestionando a lo largo del día. 
Mujeres: las libertades que tenemos hoy en día fueron conquistadas -nunca regaladas- por otras muchas mujeres valientes, recordemos que la libertad se gana, nadie va a venir a ofrecérnosla.

Comentarios

Lo más leído