Sin título
Hace tiempo, cuando las mañanas eran sólo un despertar más y cada día seguía una misma rutina, era feliz, vivía cada segundo de mi vida, admiraba el inmenso cielo y sus estrellas iluminaban mis noches, me permitía sentir y volar con cada unos de los regalos que me daba la vida. Soltaba mis cinco sentidos a recorrer y conocer el lugar que habitaba y lo disfrutaba intensamente.
Las nubes formaban parte del paisaje, figuras diversas acompañadas de un azul luminoso se explayaban sobre mi cabeza, a veces eran días tristes que transcurrían como lentos segundos. Mis sentires y miedos eran encerrados diariamente en un cuaderno a rayas, el cuál me conoce mejor que yo misma y mis lágrimas guardadas melancólicamente sobre mi almohada, pueden explicar mis dolorosas experiencias con tanta exactitud, como yo nunca podría.
La música, compañera fiel de mis estados de ánimo, sostenía mis más profundos sentimientos, a veces tan tristes que ella se encargaba de expresar en baladas desgarradoras mis más terribles dolores; a veces tan alegres sonados en ritmos que provocaban movimientos de cadera en cualquiera, pero siempre presentes las notas de la buena música.
Hoy, cada mañana es una oportunidad nueva para conocer el mundo tomada de tu mano, un milagro que me es regalado para disfrutarte y amarte. Ese mismo cielo azul profundo es ahora el manto que rodea nuestras vidas y aquellas inmensas estrellas son testigos mudos de nuestras entregas de amor y las dulces frases que nos susurramos tiernamente al oído, llenos uno del otro. Ahora mis cinco sentidos te expresan cada segundo lo mucho que te amo, las nubes forman figuras vistosas que acompañan el paisaje que tú y yo formamos; siempre juntos. Mis emociones siguen entre rayas y mis pocas lágrimas son jueces fieles de lo que ahora siento. La música sigue manifestando mis estados de ánimo y sus notas describen lo que vivo a tu lado quedando marcadas como nuestras. Hoy como ayer soy feliz, pero ahora conozco el amor, el cielo es siempre azul y las estrellas inmensas lo completan todo.
Sabes... sólo faltabas tú.
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