Despertando

La luz entra por la ventana, mis ojos hinchados no pueden saborear la imagen del sol nuevo y candente. Mi mirada no era así, el sueño y la pesada luz de la noche la han cambiado. Un suave rayo toca mi cara al compás del viento que mueve las hojas sobre el escritorio; puedo observar una imagen, un hombre diferente al que solía ver, desaparece, es todo parte del sueño; se va y vuelve.
Extiendo mis brazos invocando quién sabe a qué, sólo sé que necesito algo y entonces encuentro el vacío en mi alma. Me levanto y en el camino me tropiezo con millones de tiliches y siento como algo camina justo detrás de mí, ¿será mi soledad? o a caso ¿es tu recuerdo que aún me pesa?
El agua transparente y fría corre por mi rostro, me deja ver con claridad que mucho te lo debo a ti; la inseguridad que envolviste en tiernos besos y el miedo a realmente despertar y ver que ya no estás. No soy la misma, mi cuerpo y mente corrieron a buscar otro camino, pero el sueño y mis ojos hinchados no me dejan ver los paisajes a mi alrededor.

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